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miércoles, 9 de mayo de 2012

LOS AMORES DE PICASSO


Genevieve Laporte, Odalisque, 1951



Pablo Ruiz Picasso. Ese malagueño genial dibujó, pintó, amó, grabó, amó, esculpió y amó y modeló y siguió amando, con la misma compulsión, dejando un inconmensurable legado cultural que terminó repartido entre sus herederos y museos de todo el mundo.

No cabe duda que era desmesurado para todo. Para amar, para vivir, para odiar, para beber, para salir de franachela y para seguir trabajando.


Olga Koklova: la única esposa 

Olga Koklova

La hermosa rusa se presentaba como una mujer de la nobleza e hija de un general ruso. Bella, ambiciosa, empecinada, melancólica –como la mayor parte de los rusos–, desprejuiciada, frágil, intransigente, elegante y sensual como un felino, le puso el ojo al pintor malagueño que en ese año ya era famoso y rico. La hermosura, la distinción y la determinación de Olga hicieron que Picasso olvidara rápidamente a sus ocasionales amantes como Irene Lagut, Fernande Olivier, Eva Gouel, Elvire Palladinin, Emilienne Pâquette, Silvette Davil y, muy especialmente a You-You, la mulata de la Martinica; todas las mujeres que habían amado a Picasso, lo habían atendido y habían mitigado su soledad. 


Para conseguir lo que quería, Olga no dudó en abandonar la compañía para empezar a convivir con el artista, y juntos viajan a Madrid y a Barcelona.


Olga y Picasso contrajeron matrimonio el día 12 de julio de 1918.

Marie-Thérèse Walter 

En 1927 Picasso pasea cerca de la salida del metro en las Galerías Lafayette, cuando mira a una hermosa joven rubia. No lo duda, la sigue, la detiene y le dice que los dos harán grandes cosas juntos. Picasso tiene en ese entonces 46 años. La joven 17, es menor de edad y bella como un sol. Se llamaba Marie Thérèse Walter y muy pronto será su modelo preferida y también su amante.


Marie-Thérèse Walter 

Se cuenta que cuando Picasso comenzó a pintar a Marie-Thérèse, una tarde en la que trabajaba en compañía de Buñuel cuando Olga casi los sorprendió. Cuando volvió la calma, el pintor –que observaba a Marie-Thérèse desnuda delante suyo y de su amigo–, le explicó a Buñuel que cuando le preguntaron a Renoir si la pintura nacía del corazón o de la cabeza, respondió: “¡De las pelotas!”. 


Jacqueline Roque

Jacqueline Roque

Jacqueline Rocque conoció a Picasso en Vallauris en 1952, y le fue presentada por su tía,Mademoiselle Suzanne Ramié. No tardó mucho en comenzar a frecuentarlo, quizás por esa intuición femenina que ya preveía el abandono de Francoise Gilot. Efectivamente, cuando ésta se marchó con los dos hijos que tuvo con el malagueño, Jacqueline no dejó pasar mucho tiempo antes de convertirse en su amante y compañera.



Françoise Gilot

Françoise Gilot

Françoise Gilot y Paloma

Cuando Françoise Gilot y Pablo Picasso se conocieron, ella era una joven pintora de tan solo 21 años y él era ya un artista consagrado de 61. A pesar de la gran diferencia de edad, se convirtieron en amantes y compañeros cuya relación tormentosa duró diez años (desde 1943 a 1953).

Tras diez años de apasiónate y difícil convivencia, Gilot abandonó al pintor junto con los dos hijos que habían tenido en común, Claude y Paloma. Y parece que fue la única amante de Picasso capaz de sobrevivir al mito: “fue el amor más grande de mi vida, pero había que tomar medidas para protegerse. Yo lo hice: me fui antes de terminar destruida. Las otras no lo hicieron, se aferraron al poderoso minotauro y pagaron un precio muy alto".


Genevieve Laporte



¿Cuál de sus mujeres fue la más amada, si es que amó a alguna, más allá del ansia de poseerlas todas? 


Quizás lo fue la más oculta, la poeta Geneviève Laporte, más de 40 años más joven que él, bella, refinada, sutil. Aparentemente la relación duró un lustro, pero jamás la olvidó. «Nunca podré ser más que tus pinceles /Ser obra de tus manos /Estar dentro de ti», reza un fragmento de alguno de sus poemas para él. 


DORA MAAR

Picasso y Dora Maar estaban en plena relación cuando el artista conoció a Françoise Gilot, que andaba buscándolo y él terminó por encontrarla con sus veintitrés jóvenes años, su interés por la pintura, su talento para el arte, sus soñadores y brillantes ojos castaños y su inteligencia.


(Podéis ver la entrada que hice sobre Dora Maar y Picasso: http://elrincondemisdesvarios.blogspot.com.es/2012/04/dora-maar-y-picasso-relacion-de.html )


Para el Picasso anciano –me pregunto si llegó a ser o a sentirse realmente viejo alguna vez– la mujer y su cuerpo y su sexo no dejaron de ser la mayor tentación y un placer sólo comparable al de sus creaciones. A tal punto, que cuando El 8 de abril de 1973 abandonó este mundo en su casa de Mougins, en su estudio había quedado inconclusa la última obra en la que había estado trabajando hasta la noche anterior: un desnudo femenino. 


"Las mujeres que no amo, se me pegan. Y las que amo, desaparecen"


(Fuente del texto: http://www.cecilgoitia.com.ar )

4 comentarios:

José Manuel Lebrón dijo...

¡Que curriculum, el de don Pablo!!!
No digo más.
Besos.

Inma dijo...

jajja...te da envidia? había que hacer una entrada de Picasso y sus mujeres, tema manido pero me gusta ..
Besotesss amigo!

José Manuel Lebrón dijo...

Pues, si. Don Pablo es digno de admiración. Ademas, D. Pablo y yo nos parecemos mucho: a mi lo que me falta es saber pintar. jajaja.

Inma dijo...

uffff...dices que os parecéis!! en lo de las mujeres?? vaya con el sevillano!!
Y te digo que con lo bien que haces las entradas y sabes de arte no creo que tengas problemas a la hora de ponerte a pintar, saber lo básico y a ello...!! atrévete!
Te mando un besote andaluz