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miércoles, 7 de diciembre de 2022

ALLEN GINSBERG - OJALÁ NAZCA UN "AULLIDO II" EN ESTE MUNDO, AHORA



Allen Ginsberg (1926-1997), poeta norteamericano nacido en Newark, Nueva Jersey. Portavoz de la Beat Generation de los años cincuenta, cantor de la América underground y voz de vagabundos y marginados, su libro Aullido (1956) constituye una crítica furiosa contra las falsas esperanzas y rotas promesas de la historia de su país. 


Aullido para una nueva generación

"He visto los mejores cerebros de mi generación destruidos por la locura,
famélicos, histéricos, desnudos,
arrastrándose de madrugada por las calles de los negros en busca de un colérico
picotazo,
pasotas de cabeza de ángel consumiéndose por la primigenia conexión
celestial con la estrellada dinamo de la maquinaria de la noche,
que, encarnación de la pobreza envuelta en harapos, drogados y con vacías
miradas, velaban fumando en la sobrenatural oscuridad de los pisos de agua
fría flotando sobre las crestas de la ciudad en contemplación del jazz...."




Lucha contra el sistema

A fines de la década pasada, Allen enseñó en la Universidad Columbia y a principios de esta en el Brooklyn College. Indudablemente, el sistema esperaba que en el invierno de su vida se calmara y se tranquilizara. Sin embargo, siguió arremetiendo contra el sistema y todo lo que representa. Sus últimas obras atacaron la política de crueldad, la guerra contra los pobres y las mentiras e hipocresía de la clase dominante. 

jueves, 22 de julio de 2021

HERMANN HESSE - DESPERTANDO CONCIENCIAS : DEMIAN

"La única realidad es la que nosotros tenemos, y si los hombres viven tan irrealmente es porque aceptan como realidad las imágenes exteriores y ahogan en sí la voz de su mundo interior. También se puede ser feliz así; pero cuando se llega a saber lo otro se hace ya imposible seguir el camino de la mayoría. El camino de los más es fácil, Sinclair; tan fácil como penoso el nuestro. Caminemos". 

(Demian)



Demian es una de las novelas más conocidas de Hermann Hesse, en la que retrata en primera persona el paso de la niñez a la madurez del protagonista y de sus correspondientes cuestiones existenciales, un tanto diferentes a las normales.

El interés por la obra de Hermann Hesse sigue vigente, a pesar de ser uno de los escritores más amados y a la vez más despreciados de la literatura.

Por un lado tenemos a sus enemigos, que ven al autor de "El lobo estapario", "Demian", "El juego de abalorios" y "Siddhartha" (entre otros), en el mejor de los casos, como un escritor sensiblero y, en el peor, como un predicador de la destrucción de la civilización.

Yo, sin embargo, veo en sus obras una invitación a oír la voz interior de cada uno, lejos de dogmatismos e ideologías.


*.- Os dejo unos fragmentos extraordinarios del libro Demian, el que más me gusta y me ha aportado y que no me canso de publicar, para despertar conciencias:


"De vez en cuando me sentía inquieto y los deseos me atormentaban. Creía no poder resistir verla junto a mí sin estrecharla entre mis brazos. También esto lo notaba en seguida. Una vez estuve varios días sin aparecer; por fin volví confuso y ella me condujo a un lado y me dijo: 

-No debe usted entregarse a deseos en los que no cree. Sé lo que desea. Pero tiene que saber renunciar a esos deseos o desearlos de verdad. Cuando llegue a pedir con la plena seguridad de que su deseo va a ser cumplido, éste será satisfecho. Sin embargo, usted desea y al mismo tiempo se arrepiente de ello con miedo. Hay que superar eso."

(...)

"El jardín no tenía perfume, el bosque no me atraía, el Mundo se extendía alrededor de mí como un saldo de trastos viejos, insípido y desencantado; los libros eran papel; la música, ruido. No de otro modo pierde sus hojas el árbol otoñal en torno suyo. No lo siente, y la lluvia, la escarcha y el sol resbalan por su tronco, mientras su vida se retira a lo más íntimo y recóndito. No muere. Espera".

(...)

"El amor no era un oscuro instinto animal, como en un principio lo había yo sentido; ni era tampoco una piadosa adoración espiritual, como la que yo había consagrado a la imagen de Beatrice. Eran ambas cosas, ambas y muchas más: era ángel y demonio, hombre y mujer en uno, hombre y animal, sumo bien y profundo mal. Lo deseaba y lo temía; pero estaba siempre presente, siempre por encima de mí".

(...)





"La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero. Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede. 

Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial. Alguno no llega jamás a ser hombre, y sigue siendo rana, ardilla u hormiga. Otro es hombre de medio cuerpo arriba, y el resto, pez. 

Pero cada uno es un impulso de la Naturaleza hacia el hombre. Todos tenemos orígenes comunes: las madres; todos nosotros venimos de la misma sima, pero cada uno (tentativa e impulso desde lo hondo) tiende a su propio fin. Podemos comprendernos unos a otros, pero sólo a sí mismo puede interpretarse cada uno".





(Demian, Hermann Hesse)


domingo, 30 de agosto de 2020

A PROPÓSITO DE BERTRAND RUSSELL Y DE CÓMO ENTIENDE LA FELICIDAD




Quiero dedicar esta entrada a un autor con mayúsculas, porque es uno de los grandes filósofos y matemáticos de la historia.


Bertrand Russell (1872-1970) tuvo una vida larga, intensa y muy fructífera. Luchador y teórico incansable, nunca dejó de defender sus ideas, en pos de una sociedad más justa y un mundo mejor para vivir. Estuvo en la cárcel en dos ocasiones, una por su actividad en favor del pacifismo durante la Primera Guerra Mundial, y otra por participar en una manifestación en contra de las armas nucleares, tarea a la que dedicó los últimos años de su vida. 

También fue enemigo acérrimo de los fascismos, lo que le hizo dejar atrás su pacifismo para defender una intervención armada que acabara con la amenaza del nazismo en Europa. Su bibliografía es extraordinariamente extensa, y en sus obras trata sobre una multitud ingente de temas, entre los cuales podemos mencionar algunos como el control de la natalidad, los derechos de las mujeres o la existencia de Dios. Esta labor le valió la concesión del Premio Nobel en 1950, como reconocimiento a una obra literaria que asombra por su variedad y sus dimensiones.



La conquista de la felicidad tiene quizás nombre de libro de autoayuda, pero nada más lejos de la realidad. Se trata de un análisis claro y ameno sobre los motivos que nos hacen ser infelices y los que por el contrario pueden darnos la felicidad, explicados por una mente lúcida que recurre a toques de humor y a ironías de forma frecuente. Aunque algunos pasajes pueden haberse quedado un tanto desfasados (el libro fue publicado en 1930), es magnífico en la mayor parte de sus planteamientos, y algunas de las predicciones que en él lanza se han cumplido de forma casi literal, lo que demuestra su capacidad de anticiparse a los acontecimientos futuros.

Es difícil hacer una selección de pasajes o frases a destacar en un texto que merece ser subrayado casi por completo. Me atreveré con algunas reflexiones que me han parecido más que interesantes. Por ejemplo, para Russell una de las razones de la infelicidad reside en las altas expectativas que tenemos de nuestra propia vida. Esto es, no todos los días pueden estar llenos de momentos intensos y excitantes que nos hagan sentirnos exultantes de júbilo. En este sentido, es muy importante que la educación de los niños los prepare desde pequeños para esta realidad:


"La capacidad de soportar una vida más o menos monótona debería adquirirse en la infancia. Los padres modernos tienen mucha culpa en este aspecto; proporcionan a sus hijos demasiadas diversiones pasivas, como espectáculos y golosinas, y no se dan cuenta de la importancia que tiene para un niño que un día sea igual a otro, exceptuando, por supuesto, las ocasiones algo especiales. En general, los placeres de la infancia deberían ser los que el niño extrajera de su entorno aplicando un poco de esfuerzo e inventiva."


En otro capítulo Russell analiza el miedo a lo que los demás puedan decir de nosotros como otra de las razones de la infelicidad, y concluye con esta reflexión:


"Creo que, en general, dejando aparte la opinión de los expertos, se hace demasiado caso a las opiniones de otros, tanto en cuestiones importantes como en asuntos pequeños. Como regla básica, uno debe respetar la opinión pública lo justo para no morirse de hambre y no ir a la cárcel, pero todo lo que pase de ese punto es someterse voluntariamente a una tiranía innecesaria, y lo más probable es que interfiera con la felicidad de miles de maneras."


Me ha sorprendido que, frente a algunas corrientes de la psicología actual que centran la atención en la búsqueda de la felicidad personal dentro de uno mismo ("si no te quieres tú no te querrán los demás" vendría a ser su eslogan).

Russell nos habla de una felicidad volcada hacia fuera, para la cual la mejor receta es no hacer daño a nadie, tratar de hacer que los que nos rodean se sientan a gusto, o tener un amplio abanico de ocupaciones que llenen nuestro tiempo y nos estimulen, entre otros. Naturalmente parte de la base de que no tenemos ningún problema realmente grave que nos impida ser felices en un momento dado.

En condiciones normales, nos viene a decir, "el secreto de la felicidad es este: que tus intereses sean lo más amplios posible y que tus reacciones a las cosas y personas que te interesan sean, en la medida de lo posible, amistosas y no hostiles."


(*) Leí este libro hace muchos años, me impactó porque fue escrito en los años 30 y me di cuenta que seguían vigentes sus palabras, lo he vuelto a releer varias veces, es más, lo tengo en mi mesilla de noche como libro para hojear siempre que me encuentro algo tonta, y compruebo que hace maravillas en mí. Lo recomiendo y dejo aquí su descarga.







"Tres pasiones, simples pero abrumadoramente fuertes, han gobernado mi vida: el anhelo de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad".


*.- Entrada que hice en 2017 y que actualizo hoy




lunes, 27 de julio de 2020

EDUARDO GALEANO - TODOS SOMOS NADIE - JODIDOS, REJODIDOS


Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.


Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:

Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.



Poema de Eduardo Galeano (1940)

FERNANDO PESSOA - EL DESAFÍO DE EXISTIR PARA UN SER HUMANO ESPECTACULAR

"Escribo estas líneas, realmente mal anotadas, no para decir esto, ni para decir cualquier cosa, sino para ocupar en algo mi desatención".

José Almada Negreiros, Retrato de Fernando Pessoa, 1954

Escrito en un libro abandonado en un viaje
" Tengo el cansancio anticipado de lo que no voy a encontrar. Si en determinado momento me hubiera vuelto para la izquierda en lugar de para la derecha. 
Si en cierto instante hubiera dicho sí en lugar de no, o no en lugar de sí. 
Si en determinada conversación hubiese tenido frases que sólo ahora en el entresueño elaboro. 
Si todo esto hubiera sido así hoy sería otro y quizá el Universo entero sería insensiblemente llevado a ser otro también. 
Pero sólo ahora lo que nunca fui ni seré me duele. 
Voy a pasar la noche a Cintra porque no puedo pasarla en Lisboa pero cuando llegue a Cintra me va dar pena de no haberme quedado en Lisboa. 
Siempre esta inquietud sin resolución, sin nexo, sin consecuencia. 
Siempre, siempre, siempre. 
Esta angustia excesiva del espíritu por nada. 
En la carretera de Cintra, o en la carretera del sueño, o en la carretera de la vida. 
A la izquierda hay una casucha al borde de la carretera. 
A la derecha, el campo abierto con la luna a lo lejos. 
El auto que parecía hace poco proporcionarme libertad es ahora algo en lo que estoy encerrado. 
A la izquierda, hacia atrás, la casucha modesta. 
La vida allí debe ser feliz sólo porque no es la mía. 
Si alguien me ha visto desde la ventana de la casucha soñará: ese que va en el auto es feliz. " 


¡Ah! La angustia, la abyecta rabia


¡Ah! La angustia, la abyecta rabia, la desesperación
De no yacer en mí mismo desnudo
Con ánimo de gritar, sin que sangre el seco corazón
¡En un último, austero alarido!

Hablo -las palabras que digo son nada más un sonido:
Sufro -Soy yo.
Ah, extraer de la música el secreto, el tono
¡De su alarido!

Ah, la furia -aflicción que grita en vano
Pues los gritos se tensan
Y alcanzan el silencio traído por el aire
¡En la noche, nada más allí!

El amor es una compañía

" El amor es una compañía, ya no sé andar solo por los caminos,
porque ya no puedo andar solo.
Un pensamiento visible me hace andar más a prisa y ver menos,
y al mismo tiempo gustar de ir viendo todo.
Aun la ausencia de ella es una cosa que está conmigo,
y yo gusto tanto de ella que no sé cómo desearla.
Si no la veo, la imagino y soy fuerte como los arboles altos,
pero si la veo tiemblo, no sé qué se ha hecho de lo que siento en ausencia de ella.
Todo yo soy cualquier fuerza que me abandona.
Toda la realidad me mira como un girasol con la cara de ella en el medio. "


El libro del desasosiego (fragmento)

" Pedí tan poco a la vida y ese mismo poco la vida me lo negó. 

Un haz de parte del sol, un campo próximo, un poco de sosiego con un poco de pan, no pesarme mucho el saber que existo, y no exigir nada de los otros ni ellos nada de mí. 
Esto mismo me fue negado, como quien niega la limosna no por falta de buena alma, sino por tener que desabrocharse la chaqueta. 
Escribo, triste, en mi cuarto tranquilo, solo como siempre yo he estado, solo como siempre estaré, y pienso si mi voz, aparentemente tan poca cosa, no encarna la sustancia de millares de voces, el hambre de decirse de millares de vidas, la paciencia de millones de almas sometidas como la mía al destino cotidiano, al sueño inútil, a la esperanza sin vestigios".


Fernando Pessoa (Lisboa, 13 de junio de 1888-30 de noviembre de 1935)
"Si después de yo morir quisieran escribir mi biografía, no hay nada más sencillo. Tiene sólo dos fechas, la de mi nacimiento y la de mi muerte. Entre una y otra todos los días son míos".

De día, Pessoa (1888-1935) trabajaba como traductor. De noche, escribía poesía, quizá la más alta poesía de la literatura portuguesa.

Su vida fue discreta. Sólo después de su muerte llegó el reconocimiento a su obra. 
"Cierro, cansado, mis contraventanas, excluyo al mundo y durante un momento tengo libertad. Mañana volveré a ser esclavo; pero, ahora, solo, sin necesidad de nadie, receloso tan sólo de que alguna voz o presencia venga a interrumpirme, tengo mi pequeña libertad, mis momentos de excelsis".
Tabaquería (fragmento)

no soy nada

nunca seré nada
no quiero ser nada
aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme la máscara,
la tenía pegada a la cara.
Cuando me la quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime".


*.- Cuánta emoción me produce leerle, me deja triste pero alegre, al pensar que un ser humano tan extraordinario como él pensaba lo que yo muchas veces, y él sabe decirlo.

sábado, 25 de julio de 2020

ALBERT CAMUS: LA PESTE (FRAGMENTO)

"Solidario por atavismo,
por convencionalismo.

Solidario a perpetuidad.
Solidario de los insolidarios y
solidario de mi propia solidaridad.

Oliverio Girondo


Oyendo los gritos de alegría que subían de la ciudad, Rieux tenía presente que esta alegría está siempre amenazada. Pues él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede leer en los libros, que el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa, que espera pacientemente en las alcobas, en las bodegas, en las maletas, los pañuelos y los papeles, y que puede llegar un día en que la peste, para desgracia y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas y las mande a morir en una ciudad dichosa [..]


"Por eso me he decidido a rechazar todo lo que, de cerca o de lejos, por buenas o malas razones, haga morir o justifique que se haga morir.
Por esto es por lo que no he tenido nada que aprender con esta epidemia, si no es que tengo que combatirla al lado de usted. Yo sé a ciencia cierta (sí, Rieux, yo lo sé todo en la vida, ya lo está usted viendo) que cada uno lleva en sí mismo la peste, porque nadie, nadie en el mundo está indemne de ella. Y sé que hay que vigilarse a sí mismo sin cesar para no ser arrastrado en un minuto de distracción a respirar junto a la cara de otro y pegarle la infección. Lo que es natural es el microbio. 
Lo demás, la salud, la integridad, la pureza, si usted quiere, son el resultado de la voluntad, de una voluntad que no debe detenerse nunca. El homre íntegro, el que no infecta a casi nadie es el que tiene el menor número posible de distracciones. ¡Y hace falta tal voluntad y tal tensión para no distraerse jamás! Sí, Rieux, cansa mucho ser un pestífero. Pero cansa más no serlo. Por eso hoy día todo el mundo parece cansado, porque todos se encuentran un poco pestíferos. Y por eso, sobre todo, los que quieren dejar de serlo llegan a un extremo tal de cansancio que nada podrá librarlos de él más que la muerte..(..).

Albert Camus (La peste, fragmento)



Publicada por primera vez en 1947, fue calificada como una de las más importantes que se hayan escrito en Francia después de la Segunda Guerra Mundial. Y, en su argumento, nos deja entrever«que hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio» (Pág.. 255).

"La vida no tiene sentido, pero vale la pena vivir, siempre que reconozcas que no tiene sentido". A. Camus


miércoles, 15 de julio de 2020

WISLAWA SZYMBORSKA - VIDA AL INSTANTE - (A PROPÓSITO DEL MUNDO COMO UN TEATRO Y LA VIDA COMO UNA FUNCIÓN)

"En esta escuela del mundo ni siendo malos alumnos repetiremos un año, un invierno, un verano. No es el mismo ningún día, no hay dos noches parecidas, igual mirada en los ojos, dos besos que se repitan".

Henry Matisse, "Mujer sentada de espaldas a la ventana abierta", 1922

"Vida al instante.
Representación sin ensayo.
Cuerpo sin prueba.
Cabeza sin reflexión.

No conozco el papel que tengo.
Sólo sé que es mío, intransferible.

De qué trata la obra,
tengo que adivinarlo sobre el propio escenario.

Mal preparada para el honor de vivir,
apenas si aguanto el ritmo de la acción impuesto.

Improviso, aunque aborrezco la improvisación.

Tropiezo a cada paso con el desconocimiento de las cosas.

Mi forma de ser huele a provincial.

Mis instintos son los de un aficionado.

El miedo escénico, como justificación, me humilla mucho más.

Siento como crueles las circunstancias atenuantes.

Imposible retirar palabras y reflejos,
las estrellas no contadas,
el carácter, abrigo abotonado sobre la marcha:
he aquí los lamentables sucesos de estas prisas..(...)"


Wisława Szymborska (Prowent, actual Kórnik, 2 de julio de 1923 - Cracovia, 1 de febrero de 2012) fue una poetisa, ensayista y traductora polaca, Premio Nobel de Literatura 1996.

*.- El mundo como un teatro y la vida como una (única) función. Un guión improvisado, ningún director y sin tiempo para nada más que actuar. El individuo que se atreve. 

En un verso de otro poema de la poetisa polaca se percibe aún mejor ese exilio de la realidad: "Desperté. Abrí los ojos. / Y palpé este mundo como un marco entallado".

En "Vida al instante" se recorren las líneas de un pensamiento poético que revela el horror del mundo y de las palabras, a tiempo que se ríe de ellas con implacable lucidez. Frente al mundo de los autoritarismos, desapariciones y muerte, esta poesía ofrece la única resistencia posible: la de su palabra a medio decir y a medio callar.


"Vida: única manera
de cubrirse de hojas,
tomar aliento en la arena,
alzar el vuelo con alas.."


LA NÁUSEA - JEAN PAUL SARTRE (EL VÉRTIGO QUE GENERA LA EXISTENCIA)

Náusea: Es la experiencia filosófica fundamental. Sensación que nos produce la realidad al comprender su gratuidad, su contingencia absoluta.


La describe de forma extraordinaria Jean Paul Sartre en la novela La Náusea, (1938):

"Lo esencial es la contingencia. Quiero decir que, por definición, la existencia no es la necesidad. Existir es estar ahí, simplemente; los existentes aparecen, se dejan encontrar, pero nunca es posible deducirlos. Creo que hay quienes han comprendido esto. Sólo que han intentado superar esta contingencia inventando un ser necesario y causa de sí. Pero ningún ser necesario puede explicar la existencia: la contingencia no es una máscara, una apariencia que puede disiparse; es lo absoluto, en consecuencia, la gratuidad perfecta. Todo es gratuito: ese jardín, esta ciudad, yo mismo. Cuando uno llega a comprenderlo, se le revuelve el estómago y todo empieza a flotar... eso es la Náusea". (fragmento)

La náusea aparece al sentir el carácter absurdo de la existencia, al captar la realidad como algo superfluo, contingente;

Los existentes (nosotros incluidos) venimos de la nada, existimos sin justificación alguna y terminaremos en la nada.

Hemos sido arrojados a la existencia, y del mismo modo seremos arrojados a la muerte. 


"Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad."



Sinopsis:


Después de haber pasado unos años viajando, Antoine Roquentin, hombre de treinta años que disfruta de una modesta renta, se halla instalado en la ciudad portuaria de Bouville dedicado a escribir un libro sobre un turbio aristócrata del siglo XVIII. Sin embargo, un día se ve asaltado por una sensación desconocida, la Náusea, cuya revelación como el sentimiento radical de la contingencia y la soledad del ser humano cambiará por completo su vida de sentido. 




*.- Cuando leí esta novela por primera vez, hace casi dos décadas, supe de inmediato que contenía algo importante, algo que se revelaba allí, entre sus páginas, y me tocaba, aunque yo no lo alcanzara a definir a ciencia cierta. Con el tiempo, me he dado cuenta de que lo que sentía entonces era miedo; no es fácil convencerse de que hemos sido arrojados, y que vivimos en un mundo con pocos asideros. 

Como Sartre, pienso que la obra, si bien enfrenta al lector a una situación límite, nunca busca sumirlo en la quietud, y mucho menos, en el desespero. Lo que sucede es que la novela se fundamenta en un ámbito de crisis, en donde los valores convencionales y los fines mismos de la existencia empiezan a flaquear, hecho que insta al ser humano a reinterpretarse a partir de la inquietante certidumbre de su finitud y contingencia.

Frases y fragmentos sueltos del libro, aquellos que tienen que ver con "el vértigo que genera la existencia":


"Echo a andar. El viento me trae el grito de una sirena. Estoy solo, pero camino como un ejército que irrumpiera en una ciudad. En este momento hay navíos resonantes de música en el mar; se encienden luces en todas las ciudades de Europa; nazis y comunistas se tirotean en las calles de Berlín; obreros sin trabajo callejean en Nueva York; mujeres delante del espejo, en habitaciones caldeadas, se ponen cosmético en las pestañas. 

Y yo estoy aquí, en esta calle desierta, y cada tiro que parte de una ventana de Neukölln, cada vómito de sangre de los heridos, cada ademán menudo y preciso de las mujeres que se engalanan, responde a cada uno de mis pasos, a cada latido de mi corazón (…) Frente al pasaje Gillet ya no sé qué hacer. ¿Acaso no me aguardan en el fondo del pasaje? Pero también en la Plaza Ducoton, al final de la calle Tournebride hay cierta cosa que me necesita para nacer. Estoy lleno de angustia: el menor gesto me compromete. No puedo adivinar qué quieren de mí. Sin embargo, es preciso escoger; sacrifico el pasaje Gillet, ignoraré para siempre lo que me reservaba". (Págs. 89-90)


Es extraño que todo me dé lo mismo; me espanta. Pág. 157 

Un sacerdote avanza a pasos lentos, leyendo su breviario. Por momentos levanta la cabeza y mira el mar con aire aprobador: también el mar es un breviario, habla de Dios. Pág. 159 

El verdadero mar es frío y negro, lleno de animales; se arrastra bajo esta delgada película verde hecha para engañar a las gentes. Pág. 159 

Desearía tanto abandonarme, olvidarme, dormir. Pero no puedo, me sofoco: la existencia me penetra por todas partes, por los ojos, por la nariz, por la boca... Pág. 161 

… yo estaba de más para toda la eternidad. Pág. 164 

… pensaba sin palabras en las cosas, con las cosas. Pág. 164 

En realidad, todo lo que pude comprender después se reduce a este absurdo fundamental. Pág. 165 

Lo esencial es la contingencia. Quiero decir que, por definición, la existencia no es la necesidad. Existir es estar ahí, simplemente; los existentes aparecen, se dejan encontrar, pero nunca es posible deducirlos. Pág. 167 

No me disgustaba ver algo en movimiento; me desviaba de todas aquellas existencias inmóviles que me miraban como ojos fijos. Me decía, siguiendo el balanceo de las armas: los movimientos nunca existen del todo, son pasos intermediarios entre dos existencias, tiempos débiles. Pág. 168 

… la existencia no tiene memoria, no conserva nada de los desaparecidos ni siquiera un recuerdo. Pág. 169 

Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad. Pág. 170 

… la existencia es un lleno que el hombre no puede abandonar. Pág. 170 

-Lo sé. Sé que nunca más encontraré nada ni nadie que me inspire pasión. Tú sabes que ponerme a querer a alguien es una hazaña. Se necesita una energía, una generosidad, una ceguera... Hasta hay un momento, al principio mismo, en que es preciso saltar un precipicio; si uno reflexiona, no lo hace. Sé que nunca más saltaré. Pág. 183-184 

Cuando representábamos el aventurero y la aventurera, tú eras aquel a quien suceden aventuras, yo la que las hace suceder. Pág. 190 

-Vivo el pasado. Vuelvo a tomar todo lo que me ha sucedido y lo arreglo. De lejos, así, no está mal, uno casi se dejaría posesionar. Toda nuestra historia es bastante buena. Le doy unos toques y sale una serie de momentos perfectos. Entonces cierro los ojos y trato de imaginarme que vivo todavía dentro. Pág. 192 

No estoy simplemente abrumado porque la dejo; tengo un miedo horrible de volver a mi soledad. Pág. 194



En La náusea, el protagonista se ve inútil como las raíces del árbol.

miércoles, 8 de julio de 2020

EDGAR ALLAN POE - SIMBOLIZA LA TRÁGICA VICTORIA DE LA IMAGINACIÓN SOBRE LA REALIDAD - MALDITO Y SENSIBLE

Dante Gabriel Rossetti, "El saludo de Beatrice"

" .. ¡Tus dos ojos donde arde tu alma!
Y sólo veo entre sombras
aquellos ojos brillantes,
¡oh mi amada! Todo, todo,
todo cambia.

Todo se apaga y extingue
menos tus hondas miradas.
¡Tus dos ojos donde arde tu alma!
Y sólo veo entre sombras
aquellos ojos brillantes,
¡oh mi amada! .. "

(Fragmento de "A Elena")


****


A ...

Las enramadas donde veo
en sueños, las más variadas
aves cantoras, son labios y son
tus musicales palabras susurradas.

Tus ojos, entronizados en el cielo,
caen al fin desesperadamente
¡oh Dios!, en mi funérea mente
como luz de estrellas sobre un velo.

Oh, tu corazón... suspiro al despertar
y duermo para soñar hasta que raya el día
en la verdad que el oro jamás podrá comprar
y en las bagatelas que sí podría.


****


¿Deseas qué te amen?


¿Deseas que te amen?
Nunca pierdas, entonces,
el rumbo de tu corazón.
Sólo aquello que eres has de ser,
y aquello que simulas, jamás serás.
Así, en el mundo, tu modo sutil,
tu gracia, tu bellísimo ser,
serán objeto de elogio sin fin
y el amor, un sencillo deber.


****


El día más feliz.


El día más feliz, la hora más feliz
Mi marchito y yerto corazón conoció;
El más noble anhelo de gloria y de virtud
Siento que ya desapareció.

¿De virtud, dije? ¡Sí, así es!
Pero, ay, se ha desvanecido para siempre.
El sueño de mi juventud
Mas dejadlo ya desvanecerse.

Y tú, orgullo, ¿qué me importas ahora?
Aunque pudiera heredar otro rostro,
El veneno que has vertido en mí¡
Permanecerá siempre en mi espíritu!

El día más feliz la hora más feliz
Verán mis ojos -sí, los han visto-;
La más resplandeciente mirada de gloria y de virtud
Siento que ha sido.

Pero existió aquel anhelo de gloria y de virtud,
Ahora inmolado con dolor:
Incluso entonces sentí que la hora más dulce
No volvería de nuevo,

Pues sobre sus alas se cernía una densa oscuridad,
Y mientras se agitaba se derrumbó un ser
Tan poderoso como para destruir
A un alma que conocía tan bien.


****


Un Sueño dentro de un Sueño.


¡Toma este beso sobre tu frente!
Y, me despido de ti ahora,
No queda nada por confesar.
No se equivoca quien estima
Que mis días han sido un sueño;
Aún si la esperanza ha volado
En una noche, o en un día,
En una visión, o en ninguna,
¿Es por ello menor la partida?
Todo lo que vemos o imaginamos
Es sólo un sueño dentro de un sueño.

Me paro entre el bramido
De una costa atormentada por las olas,
Y sostengo en mi mano
Granos de la dorada arena.
¡Qué pocos! Sin embargo como se arrastran
Entre mis dedos hacia lo profundo,
Mientras lloro, ¡Mientras lloro!

¿Es todo lo que vemos o imaginamos
Un sueño dentro de un sueño?


****

Edgar Allan Poe (1809-1849). Poeta, novelista y ensayista. 

Uno de los grandes genios literarios de todos los tiempos , el gran maestro del relato corto , el renovador de las novelas góticas del siglo XVIII, el creador de las novelas de detectives, el hombre que puso los cimientos del género de la ciencia ficción y creó inmortales poemas de amor y muerte.

En sus poemas y relatos se hallan resumidas las emociones, los sentimientos, las ideas que dominarían su vida, el talento que se desbordaba en cada verso de sus poemas y en cada línea de sus relatos, el amor que persiguió toda su vida, la necesidad de sentirse amado, aceptado, protegido, la belleza que para Poe estaba íntimamente unida a la muerte, otra de las constantes de su vida, tal vez porque todo aquello que amó, todo aquello que era hermoso en su vida, le fue arrebatado por la muerte.

Escribió alrededor de sesenta cuentos, además de una serie de poemas, aunque a este género no le dedicó el tiempo que él hubiera deseado debido a su precaria situación económica.

Apenas fue reconocido en su momento, pero tras su muerte se convirtió en maestro e inspirador de escritores posteriores y despertó la admiración de figuras de la talla de Baudelaire, Victor Hugo, Herman Melville, Oscar Wilde, Dostoievsky, Nabokov, Thomas Mann, Marcel Proust o Borges. El Sherlock Holmes de Conan Doyle está inspirado en el personaje de Auguste Dupin, creado por Poe, y su influencia es evidente en magos del terror como Lovecraft o Stephen King.

Otro de sus admiradores fue Julio Cortázar, autor de la traducción de sus "Cuentos completos".


*Entrada que hice en 2017 y que actualizo hoy.