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jueves, 23 de julio de 2020

AMADO NERVO - 6 POEMAS DE AMOR


"Si no te supe yo comprender,
si una lágrima te hice verter,
bien sé que al cabo perdonarás
con toda tu alma... ¡Qué vas a hacer!
¡El que más ama perdona más!.."

Robert Auer, (1873 – 1952) – Pintor Croata

¿QUÉ MÁS ME DA?

¡Con ella, todo; sin ella, nada!

Para qué viajes,
cielos, paisajes,
¡Qué importan soles en la jornada!
Qué más me da
la ciudad loca, la mar rizada,
el valle plácido, la cima helada,
¡si ya conmigo mi amor no está!
Que más me da...

Venecias, Romas, Vienas, Parises:
bellos sin duda; pero copiados
en sus celestes pupilas grises,
¡en sus divinos ojos rasgados!
Venecias, Romas, Vienas, Parises,
qué más me da
vuestra balumba febril y vana,
si de mi brazo no va mi Ana,
¡si ya conmigo mi amor no está!
Qué más me da...

Un rinconcito que en cualquier parte me
preste abrigo;
un apartado refugio amigo
donde pensar;
un libro austero que me conforte;
una esperanza que sea norte
de mi penar,
y un apacible morir sereno,
mientras más pronto más dulce y bueno:
¡qué mejor cosa puedo anhelar!

Robert Auer

ME BESABA MUCHO

Me besaba mucho; como si temiera
irse muy temprano... Su cariño era
inquieto, nervioso.

Yo no comprendía
tan febril premura. Mi intención grosera
nunca vio muy lejos...
¡Ella presentía!

Ella presentía que era corto el plazo,
que la vela herida por el latigazo
del viento, aguardaba ya..., y en su ansiedad
quería dejarme su alma en cada abrazo,
poner en sus besos una eternidad.

Robert Auer

AQUEL OLOR

¿En qué cuento te leí?
¿En qué sueño te soñé?
¿En qué planeta te vi
antes de mirarte aquí?
¡Ah! ¡No lo sé..., no lo sé!

Pero brotó nuestro amor
con un antiguo fervor,
y hubo, al tendernos la mano,
cierta emoción anterior,
venido de lo lejano.
Tenía nuestra amistad
desde el comienzo un cariz
de otro sitio, de otra edad,
y una familiaridad
de indefinible matiz...

Explique alguien (si lo osa)
el hecho, y por qué, además,
de tus caricias de diosa
me queda una misteriosa
esencia sutil de rosa
que vienen de un siglo atras.


Robert Auer


EL CELAJE

¿Adónde fuiste, Amor; adónde fuiste?
Se extinguió del poniente el manso fuego,
y tú que me decías: «hasta luego,
volveré por la noche»... ¡no volviste!

¿En qué zarzas tu pie divino heriste?
¿Qué muro cruel te ensordeció a mi ruego?
¿Qué nieve supo congelar tu apego
y a tu memoria hurtar mi imagen triste?

...Amor, ¡ya no vendrás! En vano, ansioso,
de mi balcón atalayando vivo
el campo verde y el confín brumoso;

y me finge un celaje fugitivo
nave de luz en que, al final reposo,
va tu dulce fantasma pensativo.

ALQUIMIA

Bien sé que para verte
he menester la alquimia de la muerte
que me transmute en alma, y delirante
de amor y de ansiedad, a cada instante
que llega, lo requiero
diciéndole: "Ah, si fueses tú el postrero!"

Es tan desmesurado, tan divino
y tan hondo el futuro que adivino
a través de las rutas estelares,
y de uno en otro de los avatares,
siempre contigo, noble compañera,
que por poder morir, ¡ay, qué no diera!

Robert Auer


****

Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo, conocido como Amado Nervo, nació en 1870 en la ciudad mexicana de Tepic. 

Fue un poeta romántico, enmarcado en el modernismo. Su obra poética es la más conocida, pero escribió también cuentos, novelas y una biografía de la poetisa mexicana Sor Juana Inés de la Cruz.

Otras obras de Amado Nervo: "En voz baja" (1909), Serenidad (1912), El diablo desinteresado (1916) y Plenitud (1918).

Falleció en la ciudad de Montevideo, Uruguay, en 1919, en el Parque Hotel, donde vivía, siendo Jefe de la Misión Diplomática de México en Uruguay. 


"Ama como puedas, ama a quien puedas, ama todo lo que puedas. No te preocupes de la finalidad de tu amor".

miércoles, 26 de abril de 2017

JAIME SABINES - NO ES QUE MUERA DE AMOR

Carolus-Duran (1837-1917_Le_Baiser


No es que muera de amor, muero de ti,
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.

Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.

Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros, separados del mundo,
dichosa, penetrada, y cierto, interminable.

Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.

Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.

JAIME SABINES (1926-1999)


Y, más que un poema, es un viaje al fondo oscuro de las emociones, una muestra fotográfica de un alma, que siente, vibra, tiembla, ama.



martes, 11 de abril de 2017

SOY MI CUERPO - JAIME SABINES

Didier Lourenço


Soy mi cuerpo. Y mi cuerpo está triste, está cansado. Me dispongo a dormir una semana, un mes; no me hablen.

Que cuando abra los ojos hayan crecido los niños y todas las cosas sonrían.

Quiero dejar de pisar con los pies desnudos el frío. Échenme encima todo lo que tenga calor, las sábanas, las mantas, algunos papeles y recuerdos, y cierren todas las puertas para que no se vaya mi soledad.

Quiero dormir un mes, un año, dormirme. Y si hablo dormida no me hagan caso, si digo algún nombre, si me quejo. Quiero que hagan cuenta que estoy enterrada, y que ustedes no pueden hacer nada hasta el día de la resurrección.

Ahora quiero dormir un año, nada más dormir.



JAIME SABINES (Tarumba, 1956)


viernes, 8 de enero de 2016

JAIME SABINES Y FREDERICK CARL FRIESKE - UNA FUSIÓN QUE ME HA GUSTADO; POETA DEL AMOR Y PINTOR DE LA LUZ



"Digo que no puede decirse el amor.
El amor se come como un pan,
se muerde como un labio,
se bebe como un manantial.
El amor se llora como a un muerto,
se goza como un disfraz.
El amor duele como un callo,
aturde como un panal,
y es sabroso como la uva de cera
y como la vida es mortal..."


Frederick Carl Frieseke


DOÑA LUZ

XIV

Tú conoces la casa, el pequeño jardín: paredes altas, estrechas, y allí arriba el cielo. La noche permanece todavía sobre la tierra y hay una claridad amenazante, diáfana, encima. La luz penetra a los árboles dormidos (hay que ver la isla de los árboles dormidos en la ciudad dormida y quieta). Se imaginan los sueños, se aprende todo. Todo está quieto, quieto el río, quieto el corazón de los hombres. Los hombres sueñan. 

Amanece sobre la tierra, entre los árboles, una luz silenciosa, profunda. 

Me amaneces, dentro del corazón, calladamente.


Frederick Carl Frieseke


ADÁN Y EVA 

XIV

Ah, tú, guardadora del mundo, dormida, preñada de la muerte, quieta. ¡Qué inútil es hablarte, hablarme!. Hombre solo soy, quedé. Quedé manco, podado, a mi mitad quedé.

Aquí me muero. Porque los ojos de la muerte me han visto y giran alrededor cazándome, llevándome. Aquí me callo. De aquí no me muevo.



Frederick Carl Frieseke


Con los nervios saliéndome del cuerpo como hilachas


Con los nervios saliéndome del cuerpo como hilachas,
como las fibras de una escoba vieja,
y arrastrando en el suelo, jalando todavía
el fardo de mi alma,
cansado, todo, más que mis propias piernas,
hastiado de usar mi corazón del diario,
estoy sobre esta cama y a estas horas
esperando el derrumbe,
la inminente caída que ha de sepultarme.
(Hay que cerrar los ojos como para dormir
y no mover ni una hoja de tu cuerpo.
Esto puede ocurrir de un momento a otro:
estarse quieto.
Pañuelos de aire giran lentamente,
sombras espesas rascan las paredes,
el cielo te chupa a través del techo.)



Frederick Carl Frieseke


[...]

Mañana te has de levantar de nuevo
a caminar entre las gentes.
Y amarás el sol y el frío,
los automóviles, los trenes,
las casas de moda, y los establos,
las paredes a que se pegan los enamorados
al entrar la noche, como calcomanías,
los parques solitarios en que se pasean las desgracias
con la cabeza baja, y los sueños se sientan a descansar,
y algún novio la busca bajo la falda,
mientras la sirena de la ambulancia da la hora
de entrar a la fábrica de la muerte.
Amarás la milagrosa ciudad y en ella el campo soñado,
el río de las avenidas iluminadas por tanta gente que quiere lo mismo,
l puertas de los bares abiertas, las sorpresas de las librerías,
el estanco de flores, los niños descalzos
que no quieren ser héroes de la miseria,
y las marquesinas, los anuncios,
la prisa de los que n tienen a dónde ir.
Amarás el asfalto y la buhardilla
y las bombas para el drenaje y las grúas
y los palacios y los hoteles de lujo
y el césped de las casas donde hay un perro guardián
y dos o tres gentes que también se van a morir.

Amarás los olores de las fritangas
que en la noche atraen como una luz a los hambrientos,
y tu cabeza se irá detrás del perfume
que alguna mujer deja en el aire como una boa suspendida.
Y amarás las ferias mecánicas
donde los pobres llegan al vértigo y a la risa.
y el zoológico, donde todos se sienten importantes,
y el hospital, donde el dolor hace más hermanos
que los que puede hacer la pobreza,
y las casas de cuna y las guarderías en que juegan los niños,
y todos los lugares en que la ternura se asoma como un tallo
y las cosas todas te ponen a dar gracias.
Pasa tu mano sobre la piel de los muebles,
quita el polvo que has dejado caer sobre los espejos.
En todas parte hay semillas que quieren nacer.
(Como una escarlatina te va a brotar, de pronto, la vida.)


***


*.- He juntado a un poeta contundente con las palabras y sentimientos, y a un pintor impresionista dulce y costumbrista. Creo que es una unión algo rara pero explosiva, espero que os guste.


Autorretrato

Frederick Carl Frieseke. (Owosso, 1874 -Normandía, 1939). 


Frieseke no estaba satisfecho con las formalidades artísticas de su tiempo. En una entrevista probablemente en 1912, se consideraba a sí mismo un impresionista y dijo: "No hay artista en la escuela impresionista que haya influido sobre mí, excepto, tal vez, Renoir". 

Su casa de Giverny, estaba pegada a la de Claude Monet, a pesar de eso nunca fueron amigos, ni Monet le supuso influencia alguna.


Sus principales preocupaciones eran los variados efectos de la luz solar, dejándolo claro en una de sus famosas frases: "Es el sol, las flores en el sol; las niñas en el sol, y el desnudo en el sol, si yo sólo podría reproducirlo exactamente como lo veo, estaría satisfecho." 


Sus temas eran a menudo las mujeres sentadas en zonas de sol o tocadores, de vez en cuando también pintaba paisajes, naturalezas muertas y desnudos. A medida que crecía, realizaba trabajos más íntimos relacionados a su propia vida, incluyendo a su esposa e hija.












En la pintura de Frieseke resalta la quietud, tranquilidad y armonía de la vida doméstica, a pesar de la aparente sofisticación de sus modelos, en cierto modo un reflejo de la vida de Giverny en las dos primeras décadas de este siglo, lo que contrasta con el retrato de la vida campesina de la época, tan propio de las pinturas de las últimas décadas del siglo XIX.













La pintura de Frieseke ha sido a menudo calificada de "Impresionismo Decorativo", a veces con una connotación peyorativa. El tratamiento del color despista la importancia real que tiene la pose de la modelo, en la que resalta con gran fuerza el color de su vestido, muchas veces medio caído, en contraste con el intenso color del marco natural que le rodea, con lo que consigue un efecto dimensional que el movimiento post-impresionista utilizaría con mayor profusión, en contraste con los conceptos estéticos ortodoxos del Impresionismo.


¡¡ Me encantó !!



Parte del texto:



lunes, 22 de junio de 2015

TRES POEMAS DE ELÍAS NANDINO - EL POETA DE LA MELANCOLÍA

"Mi voz oculta me advierte
que la muerte con que muera
no puede venir de fuera,
sino que debe nacer
de la hondura de mi ser
donde crece prisionera."


Henri Lebasque (1923)


Desasosiego

El fuego quemo y consume.
El hielo quemo y conservo.

I
Esta inquietud indomable
de estar sin querer estar
y al pisar otro lugar
regresar inconsolable.

Este anhelar incansable
de partir para llegar
sin nunca poder llenar
mi soledad inmutable.

Este meditar extremo
que inquiere, desesperado,
a lo invisible que temo.

Y en mi fuego, congelado
solo y a solas me queme
en deshielo enamorado...


II
Esta esperanza encendida
que me lanza a caminar
en un constante buscar
la emoción desconocida.

Esta lucha sumergida
de creer y de dudar
y, a mi juventud perdida,
sin que la pueda olvidar.

Este pensar que no sabe
nada de nada y que quiere
que ya la vida se acabe,

y la muerte que no hiere,
y el alma que ya no cabe
y en lenta asfixia se muere.


***


Dentro de mí


Con los ojos
altamente asomados a la noche
contemplo las estrellas
y, dentro de mí,
en el río incansable de mi sangre,
las siento y las descubro
reflejadas,
luminosas y hondas,
como si mi entraña fuera
el mismo cielo
en donde están ardiendo.


***


Casi a la orilla


Después de lo gozado
y lo sufrido,
después de lo ganado
y lo perdido,
siento
que existo aún
porque ya,
casi a la orilla
de mi vida,
puedo recordar
y gozar
enloquecido:
en lo que he sido,
en lo que es ido...



Retrato de Elías Nandino por Roberto Montenegro

Elías Nandino. (Jalisco, 1900/1993). Escritor, poeta y médico cirujano mexicano, destacado poeta influenciado por el grupo "Los Contemporáneos". Muchos de sus temas son afines: la muerte, el sueño y la noche.







"¿Qué es morir? Morir es alzar el vuelo sin alas sin ojos y sin cuerpo".


sábado, 13 de junio de 2015

FIN DE FIESTA - (UN CUERPO QUE PARECE SER MÍO)

"Soy este olvido que cultivo y en el que me hundo, diminuta.
Soy canto, soy agua.
Soy delirio y desvarío.
Soy mujer contundente,
y tengo miedo.
Miedo a perder toda mi generosa visión del mundo.
Miedo a perder mi ternura y ser solo (como bien dice la poeta Silvia Tomasa Rivera) una idea perdida."
 (Inma)





"Porque no tengo necesidad de hablar
estoy callada.
Suena triste pero es más verdad que el silencio.
Anoche hablé hasta que me dolió la comisura
de los labios.
Pero anoche era un tigre.
Ahora soy aquella, la hija del hombre:
sin mañana
sin semilla
sin voz.
Sólo una idea perdida
entre la ropa sucia."


*.- Silvia Tomasa Rivera, (poeta de México, 1956)


(Gracias a todos por tanta ternura con la que habéis entrado en mi rincón, mi alma. Voy a alejarme un poco, sigo siendo una mujer ingenua que cree en el ser humano, aunque me den muchas bofetadas. Y me da pena irme un día en que la humanidad y la dignidad entra como alcaldesa de Madrid con Manuela)


(Pintura de Kees van Dongen, soy todas sus mujeres)


sábado, 23 de mayo de 2015

JAIME SABINES - TRES POEMAS DE UN HOMBRE AMOROSO

"¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras
me dirás que te amo? Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba..."

Los amantes, Paul Delvaux, 1946


Los amorosos


Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.

Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin dios y sin diablo.

Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.

Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara de inagotable aceite.

Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.

Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.



****



Se ha vuelto llanto este dolor ahora


Se ha vuelto llanto este dolor ahora
y es bueno que así sea.
Bailemos, amemos, Melibea.

Flor de este viento dulce que me tiene,
rama de mi congoja:
desátame, amor mío, hoja por hoja,

mécete aquí en mis sueños,
te arropo con mi sangre, ésta es tu cuna:
déjame que te bese una por una,

mujeres tú, mujer, coral de espuma.

Rosario, sí, Dolores cuando Andrea,
déjame que te llore y que te vea.

Me he vuelto llanto nada más ahora
y te arrullo, mujer, llora que llora.


****


Sólo en sueños


Sólo en sueños,
sólo en el otro mundo del sueño te consigo,
a ciertas horas, cuando cierro puertas
detrás de mí.


¡Con qué desprecio he visto a los que sueñan,
y ahora estoy preso en su sortilegio,
atrapado en su red!

¡Con qué morboso deleite te introduzco
en la casa abandonada, y te amo mil veces
de la misma manera distinta!

Esos sitios que tú y yo conocemos
nos esperan todas las noches
como una vieja cama
y hay cosas en lo oscuro que nos sonríen.

Me gusta decirte lo de siempre
y mis manos adoran tu pelo
y te estrecho, poco a poco, hasta mi sangre.

Pequeña y dulce, te abrazas a mi abrazo,
y con mi mano en tu boca, te busco y te busco.
A veces lo recuerdo. A veces
sólo el cuerpo cansado me lo dice.

Al duro amanecer estás desvaneciéndote
y entre mis brazos sólo queda tu sombra.


****



*.- Jaime Sabines (1926-1999)


sábado, 3 de enero de 2015

POEMAS DE JAIME SABINES E ILUSTRACIONES DE CHRISTIAN SCHLOE - FANTASÍA, ARMONÍA, SERENIDAD, CONTUNDENCIA

"Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba..."



Christian Schloe 

Boca de llanto, me llaman

tus pupilas negras,
me reclaman. Tus labios
sin ti me besan.
¡Cómo has podido tener
la misma mirada negra
con esos ojos
que ahora llevas!

Sonreíste. ¡Qué silencio,
qué falta de fiesta! 
¡Cómo me puse a buscarte
en tu sonrisa, cabeza
de tierra,
labios de tristeza!


Christian Schloe 
Christian Schloe 

Roto, casi ciego, rabioso, aniquilado,

hueco como un tambor al que golpea la vida,
sin nadie pero solo,
respondiendo las mismas palabras para las mismas
cosas siempre,
muriendo absurdamente, llorando como niña, asqueado.
He aquí éste que queda, el que me queda todavía.
Háblenle de esperanza,
díganle lo que saben ustedes, lo que ignoran,
una palabra de alegría, otra de amor, que sueñe. (...)



Christian Schloe 
Christian Schloe 

"Los amorosos son locos, sólo locos,

sin dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor 
como una lámpara de inagotable aceite..."


Christian Schloe 
Christian Schloe 

Retoño de la luz,

agua de las edades que en ti, perdida, nace.
Ven a mi sed. Ahora.
Después de todo. Antes.
Ven a mi larga sed entretenida
en bocas, escasos manantiales..(..)

Aún podemos  morirnos uno en otro:

es tuyo y mío ese lugar de nadie.
Mujer, ternura de odio, antigua madre,
quiero entrar, penetrarte,
veneno, llama, ausencia,
mar amargo y amargo, atravesarte.


Christian Schloe 
Christian Schloe 


Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo: 
sirve para encontrar a quien se ama

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver. 

Lleva siempre un frasquito del aire de la luna 
para cuando te ahogues, 
y dale la llave de la luna 
a los presos y a los desencantados. 

Para los condenados a muerte 
y para los condenados a vida 
no hay mejor estimulante que la luna 
en dosis precisas y controladas.



Christian Schloe


(...) No me conmueven tus gestos
de melancolía,
ni tu anhelar, ni tu espera,
ni la herida
de que me hablas afligida.

Me conmueves toda tú
representando tu vida
con esa pasión tan torpe
y tan limpia,
como el que quiere matarse
para contar: soy suicida.

Hoja que apenas se mueve
ya se siente desprendida:
voy a seguirte queriendo
todo el día.



Christian Schloe 
Christian Schloe 
Christian Schloe 


Armonía, serenidad y delicadeza; todo puede suceder en las ilustraciones digitales de Christian Schloe.

Christian Schloe es un artista proveniente de Austria cuyas ilustraciones digitales recrean armonía, delicadeza y serenidad. Cualquier hora del día y elementos de la vida misma están en el arte de Schloe: aves, rostros femeninos, labios rojo carmín y títulos que evocan nostalgia.

Schloe valora lo divino de la vida y lo equilibra con el arte. Comparte sus sueños más profundos a través de sus ilustraciones, en las que ofrece la idea de reconsiderar la visión de la nostalgia como una nueva oportunidad de ver la vida y así poder abrir la puerta a la imaginación.