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miércoles, 8 de octubre de 2014

LEOPOLDO MARÍA PANERO - PROTOTIPO DE LA POESÍA TRANSGRESORA

«Ten piedad de mi larga miseria»
Le fleurs du mal
                  Charles Baudelaire






* Las linternas de la luna

«Tus ojos tienen la sed de los presos
y el amor de las salvas,
y caigo bajo la luna
que dibuja sola mi figura
en la celda del condenado a muerte
en la celda de la nada
donde los cuernos de un ciervo embisten a la razón».
«¿Qué hay en este bosque
además del esperma amarillo de los sauces?
La risa atormentada de los labios de una ninfa».
-El beso de los ahogados:
«Toco húmeda la vagina
en donde nadie me espera
oí tu voz una noche
en la cual los gatos hacían un collar de pétalos azules.
Luego había unas florecillas que olían a mierda
y una muchacha se recreaba
mirando el culo de una libélula,
era un 14 de febrero en Arrasate
mientras me mirabas el alfabeto
y el futuro yacía a los pies del desastre»





* Kafka

(De Esquizofrénicas o La balada de la lámpara azul, 2004)

Cuando amanece y ya no hay nadie
y está solo el cruel despertar

y los ojos se abren una vez más
para contemplar el fin del poema,
la tumba
en que nada hay escrito
sino un secreto
entre el hombre y el hombre
y el cuerpo
como un tambor en las sombras
como la flor de la ruina

donde los cuerpos hablan
y el agrimensor mide la ruina.





* El circo

(...) Una mujer sin rostro canta de pie sobre mi alma,
una mujer sin rostro sobre mi alma en el suelo,
mi alma, mi alma: y repito esa palabra
no sé si como un niño llamando a su madre a la luz,
en confusos sonidos y con llantos, o bien simplemente
para hacer ver que no tiene sentido.
Mi alma. Mi alma
es como tierra dura que pisotean sin verla
caballos y carrozas y pies, y seres
que no existen y de cuyos ojos
mana mi sangre hoy, ayer, mañana. Seres
sin cabeza cantarán sobre mi tumba
una canción incomprensible.
Y se repartirán los huesos de mi alma.
Mi alma. 





*Página veinte

Esperando todos los días para que venga el cierzo
para que venga el ciervo
azul como el poema, como el gamo
que corre fugitivo sobre el poema
y que sea la nada mi último poema
baba de los labios para que el hombre muera
azul sobre la página
«victorieusment fuit le suicide beau» Mallarmé lo dijo
oh belleza húmeda del suicidio
única rosa, única flor
rosa cúbica de la página
para que el hombre descubra
que no es un hombre.





Leopoldo María Panero, poeta español que falleció a los 65 años. Inconforme, vivía en un manicomio que solo dejaba para ir a la feria de libro de Madrid.

Loco, inteligente, con aura de Baudelaire o Rimbaud, y obsesionado con la muerte, el caos, el tabaco, la soledad o el sexo con sabor a absenta, Leopoldo Panero era el último poeta maldito, el que estaba al otro lado del espejo y al que solo le unía al mundo la palabra ya desquiciada.
Nació en Madrid, en 1948, sus padres fueron el poeta Leopoldo Panero, una de las mejores voces líricas de la posguerra, y la escritora y actriz Felicidad Blanc. Sus dos hermanos también eran poetas.

Arquetipo del "malditismo" y notorio militante de la izquierda radical, es autor 

de la obra poética más radical y singular de los últimos tiempos.




Aquí van varias citas suyas y la portada de un poemario:

"Quiero la libertad y largarme de este país de mierda. En España se puede mentir, robar y asesinar en nombre de Dios. ¡Pero ay de aquellos que meen en la calle!"

"Vivo dentro de la fantasía paranoica del fin del mundo y no solo no quiero salir de ella sino que pretendo que los demás entren en ella. Todas mis palabras son la misma que se inclina hacia muchos lados, la palabra fin, la palabra que es el silencio, dicha de muchos modos”.





Todas las litografías son de Zdzislaw Beksinski

sábado, 4 de octubre de 2014

ELOGIO DE MI CUERPO - ALAÍDE FOPPA

" Ya que no tengo alas,
me bastan
mis pies que danzan
y que no acaban
de recorrer el mundo ... "








1. Los ojos

Mínimos lagos tranquilos
donde tiembla la chispa
de mis pupilas
y cabe todo
el esplendor del día.
Límpidos espejos
que enciende la alegría
de los colores.
Ventanas abiertas
ante el lento paisaje
del tiempo.
Lagos de lágrimas nutridos
y de remotos naufragios.
Nocturnos lagos dormidos
habitados por los sueños,
aún fulgurantes
bajo los párpados cerrados.








4. La boca

Entre labio y labio
cuánta dulzura guarda
mi boca abierta al beso,
estuche en que los dientes
muerden vívidos frutos,
cuenca que se llena
de jugos intensos
de ágiles vinos
de agua fresca,
donde la lengua
leve serpiente de delicias
blandamente ondula,
y se anida el milagro
de la palabra.






9. Los senos

Son dos plácidas colinas
que apenas mece mi aliento,
son dos frutos delicados
de pálidas venaduras,
fueron dos copas llenas
próvidas y nutricias
en la plena estación
y siguen alimentando
dos flores en botón.






11. El sexo

Oculta rosa palpitante
en el oscuro surco,
pozo de estremecida alegría
que incendia en un instante
el turbio curso de mi vida,
secreto siempre inviolado,
fecunda herida.






14. El corazón

Dicen que es del tamaño
de mi puño cerrado.
Pequeño, entonces,
pero basta
para poner en marcha
todo esto.
Es un obrero
que trabaja bien,
aunque anhele el descanso,
y es un prisionero
que espera vagamente
escaparse.






18. El aliento

No se de donde viene
el viento que me lleva,
el suspiro que me consuela,
el aire que acompasadamente
mueve mi pecho
y alienta
mi invisible vuelo.
Yo soy apenas
la planta que se estremece
por la brisa,
el sumiso instrumento,
la grácil flauta
que resuena
por un soplo de viento.





Alaíde Foppa, de madre guatemalteca y padre argentino, nació en Barcelona en 1914. 
Vivió algunos años en Argentina y pasó la adolescencia en Italia. Casada con ciudadano guatemalteco adoptó la ciudadanía guatemalteca. 


*.- (Todas las pinturas son de Kees van Dongen)


Fuente de biografía y poemas:



jueves, 2 de octubre de 2014

VIDA, MUERTE, AMOR - MIGUEL HERNÁNDEZ


"Boca que desenterraste
el amanecer más claro
con tu lengua. Tres palabras,
tres fuegos has heredado:
vida, muerte, amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios".


Miguel Hernández soldado


[50]

Llueve. Los ojos se ahondan
buscando tus ojos: esos
dos ojos que se alejaron
a la sombra cuenca adentro.
Mirada con horizontes
cálidos y fondos tiernos,
íntimamente alentada
por un sol de íntimo fuego
que era en las pestañas, negra
coronación de los sueños.

Mirada negra y dorada,
hecha de dardos directos,
signo de un alma en lo alto
de todo lo verdadero.

Ojos que se han consumado
infinitamente abiertos
hacia el saber que vivir
es llevar la luz a un centro.

Llueve como si llorara
raudales un ojo inmenso,
un ojo gris, desangrado,
pisoteado en el cielo.

Llueve sobre tus dos ojos
que pisan hasta los perros.
Llueve sobre tus dos ojos
negros, negros, negros, negros,
y llueve como si el agua
verdes quisiera volverlos.

Pero sus arcos prosiguen
alejándose y hundiendo
negrura frutal en todo
el corazón de lo negro.

¿Volverán a florecer?
Si a través de tantos cuerpos
que ya combaten la flor
renovaran su ascua ... Pero
seguirán bajo la lluvia
para siempre mustios, secos.


MIGUEL HERNÁNDEZ, escrito entre 1938-1941.

En septiembre de 1939 el poeta, en una de las salidas de prisión, entrega a su mujer un cuaderno con 77 poemas. Es el origen del libro. El autor inicia después su vía crucis penitenciario, como se decía entonces, sumando trece estancias en prisión, que acaban su vida en 1942. 
Los poemas no fueron editados hasta 1958 en Argentina. En España no llegaron a la imprenta algunos de ellos hasta 1961, y se editan completos en 1976. Después de décadas de silencio "Cancionero y romancero de ausencias" es reconocido como una de las cumbres de la poesía española.






martes, 30 de septiembre de 2014

ÁNGELA FIGUERA - BELLEZA CRUEL

"Clama sin gritos. Llora sin estruendo.
Cierra las fauces del dolor oscuro,
pues nadie sabe nada de las lágrimas.

Vete a hurtadillas con discreto paso.
Traspasa quedamente la frontera,
pues nadie sabe nada de la muerte"


Felix Vallotton


Dadme un espeso corazón de barro,
dadme unos ojos de diamante enjuto,
boca de amianto, congeladas venas,
duras espaldas que acaricie el aire.

Quiero dormir a gusto cada noche.
Quiero cantar a estilo de jilguero.
Quiero vivir y amar sin que me pese
ese saber y oír y darme cuenta;
este mirar a diario de hito en hito
todo el revés atroz de la medalla.

Quiero reír al sol sin que me asombre
que este existir de balde, sobreviva,
con tanta muerte suelta por las calles.

Quiero cruzar alegre entre la gente
sin que me cause miedo la mirada
de los que labran tierra golpe a golpe,
de los que roen tiempo palmo a palmo,
de los que llenan pozos gota a gota.


Porque es lo cierto que me da vergüenza,
que se me para el pulso y la sonrisa
cuando contemplo el rostro y el vestido
de tantos hombres con el mido al hombro,
de tantos hombres con el hambre a cuestas,
de tantas frentes con la piel quemada
por la escondida rabia de la sangre.


Porque es lo cierto que me asusta verme
las manos limpias persiguiendo a tontas
mis mariposas de papel o versos.
Porque es lo cierto que empecé cantando
para poner a salvo mis juguetes,
pero ahora estoy aquí mordiendo el polvo,
y me confieso y pido a los que pasan
que me perdonen pronto tantas cosas.


Que me perdonen esta miel tan dulce
sobre los labios, y el silencio noble
de mis almohadas, y mi Dios tan fácil
y este llorar con arte y preceptiva
penas de quita y pon prefabricadas.


Que me perdonen todos este lujo,
este tremendo lujo de ir hallando
tanta belleza en tierra, mar y cielo,
tanta belleza devorada a solas,
tanta belleza cruel, tanta belleza.




Ángela Figuera nació en Bilbao en 1902, y vive aún después de haber defendido valientemente su posición de libre-pensadora en una España fascista, en donde sufrió toda clase de agresiones personales, como la del saqueo de su biblioteca privada, y el allanamiento de su casa en diversas ocasiones. Por algo el poeta León Felipe, que en uno de sus versos condenó a España a quedarse muda, se desdijo posteriormente declarando que España no se había quedado muda, puesto que, la voz más importante, la de Ángela Figuera Aymerich, se quedaba dentro para hacer frente a toda clase de situaciones adversas.

Ángela Figuera, nacida entre mar y montaña, tendrá siempre el conflicto entre la tierra, que representa estabilidad, y el agua que simboliza el misterio, lo huidizo, lo inefable, contra lo visual concreto, germinante y palpable de la tierra, pero siempre en ella, al fin mujer, al fin poeta, predomina esa multiplicidad del siglo veinte, que conduce a los poetas a otra meta distinta de la que ellas inicialmente se trazaron. (http://www.materialdelectura.unam.mx/)